Esta reflexión no tenia intención de colgarla en el blog, pero al final he decidido hacerlo.
Esta mañana, nos despertamos con un fuerte dolor, el tío, había muerto, el último “SOPENA” había decidido terminar con su larga lista de dolores, ya nos los soportaba más.
Ayer, tras su pequeña siesta, salio a caminar, como todos los días, aprovechando el pequeño sol del medio día y tardaba en volver, su familia empezó a preocuparse por la tardanza y se movilizó, empezaron su búsqueda preguntando a unos y a otros si lo habían visto, algunos se habían cruzado con él bajando por la cuesta, pero no sabían donde andaba.
En este periodo de tiempo, su nieta, abrió el buzón y se encontró con la sorpresa, allí estaba su móvil, las llaves y el pequeño aparato que llevaba junto a su corazón para que de vez en cuando le diera impulsos junto con una nota, que decía “no os pongáis de luto por mi, me he cansado de sufrir tantos dolores, os quiero”.
Lo encontraron al amanecer, acurrucado entre unos matojos, allí en la pradera, donde tantas veces había jugado de pequeño, donde tantas tardes había caminado, donde había sido feliz, aún recuerdo el día en que me dijo que ese era un buen lugar para morir.
Fue su decisión y desde el dolor se lo tenemos que respetar, siempre fue un hombre con un par y hasta el último momento lo demostró, pues hay que tenerlos bien puestos para hacer lo que hizo, y de eso estaba “sobrao” como él decía siempre.
Hasta siempre “SOPENA”, ya estáis todos reunidos en el mundo de los eternos, si allí te encuentras con los abuelos dales un beso muy fuerte y diles que no los olvidamos al igual que nunca te olvidaremos.
4 comentarios:
Lo siento, Iacobus. Habrá buenos lugares para morir, pero no buenos momentos.
Desde aquí, donde todo es efímero y continuamente cambiante, entro en tu espacio virtual para acompañarte en tu lamento. Más no puedo hacer. Un abrazo.
Muchas gracias.
Yo también lo siento Iacobus.
Los que se van siempre permanecerán en la memoria de los que se quedan.
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