lunes, 2 de abril de 2007

EN CASA POR LA LLUVIA

El día amaneció gris,era de esperar, estaba anunciado y una vez más los pronósticos acertaban, pero aún faltaban muchas horas antes de que LA MADRE saliera de su casa.
Las horas pasaban, pero el cielo no tornaba a azul, al contrario tornaba a negro, negro triste, negro dolor.

Llego la hora de la palabra y la Casa se lleno de sus hijos, no se podía entrar, era tal el número de hijos que LA MADRE, con sus brazos extendidos no era capaz de abarcar a tantos y tantos, muchos se quedaron a la puerta otros en las proximidades, pero todos estaban ahí esperándola, deseando verla y estar con ella en su día.

Y llego la hora de salir, y las predicciones se cumplieron. La lluvia, esa indeseable compañera que nadie quiere en estos días, hizo acto de presencia, ella también quería estar y llego. Y los hijos, cariacontecidos y tristes, vieron que todo el trabajo realizado iba a quedar para ellos, no podía ser compartido con toda la feligresía salmantina que agolpaba la puerta de la capilla.Las puertas se abrieron y allí estaban, todos esperando a LA MADRE, y LA MADRE quería estar con ellos, pero no podía salir de Casa, se acerco todo lo que pudo a la puerta y sus hijos la vieron, la rezarón le dieron las gracias por todo lo que por ellos había hecho ese año.

Las Lágrimas brotaban de los ojos de muchos de sus hijos. ¡ NO ES JUSTO! decían unos. ¿TAN MALOS HEMOS SIDO QUE MERECEMOS ESTE CASTIGO?,preguntaban otros. Los demás trataban de consolar a aquellos y decían LO IMPORTANTE ES QUE LA GENTE ESTA EN LA CALLE Y NO NOS HAN ABANDONADO.

Y allí estaba ELLA, LA MADRE, orgullosa de sus hijos y del pueblo salmantino, que aún con agua,la acompañarón en el rezo de sus siete dolores. Pero diciendo por lo bajo ¡MIRA QUE OS HE DICHO QUE NO DEJÉIS LA CRUZ A CIERTAS PERSONAS!.

1 comentario:

Lucano dijo...

La Madre quiere lo mejor para nosotros. Está bien así, entonces.